Visión

¿Comprometido con el carbono neto cero?

Aquí hay 5 cosas que puedes aprender de los pioneros del neto cero

Si bien la sostenibilidad ha sido una preocupación importante durante varias décadas, el concepto de "carbono neto cero" es un tema candente. En 2012, John Elkington, un líder de pensamiento de sostenibilidad desde hace mucho tiempo y pionero de cero emisiones netas, publicó The Zeronauts, que fue el debut de la idea de vivir y trabajar con un impacto ambiental neto cero.

La tendencia hacia el carbono neto cero continúa acelerándose a un ritmo rápido. La carrera hacia el cero neto está en marcha con una de cada tres empresas comprometidas a cumplir con su compromiso de carbono neto cero para 2030. Desde 2019, hemos visto al doble de organizaciones hacer compromisos de carbono neto cero impulsados por los desafíos económicos y de salud pública provocados por COVID-19 y sus variantes.

Las ambiciones neto cero son ahora la cultura prevalente, por dos razones clave. En primer lugar, el compromiso del gobierno con los mandatos neto cero está creciendo a nivel mundial. En 2019, el Reino Unido se convirtió en la primera economía importante en promulgar un mandato de cero emisiones netas, seguido ese mismo año por Francia, Dinamarca y Nueva Zelanda. Luego, en 2020, China, Japón, Corea del Sur y Hungría se comprometieron a cero emisiones netas de carbono. A finales de 2021, más de 80 países, que representan casi el 75% de las emisiones globales, anunciaron compromisos para lograr emisiones netas cero. En los Estados Unidos, la aprobación bipartidista de la Ley de Inversión en Infraestructura y Empleos (IIJA) de 2021 centra la acción a nivel federal, estatal y local para abordar la crisis climática. Y en segundo lugar, en el sector privado, las presiones competitivas impulsarán a más y más organizaciones a comprometerse a lograr el cero neto, incluso en ausencia de intervención gubernamental. Ya hemos comenzado a ver esto en el sector tecnológico, donde los gigantes de la industria han duplicado públicamente sus promesas de luchar contra el cambio climático, y es solo cuestión de tiempo antes de que comencemos a ver las mismas presiones competitivas en otras industrias.

Para aquellos de nosotros en los sectores de bienes raíces e infraestructura, que colectivamente representan el 40% de las emisiones globales de carbono, está claro que el viaje hacia el cero neto apenas comienza. Afortunadamente, hay varias lecciones clave que podemos aprender y aplicar de los pioneros del neto cero.

Lección 1: Conoce tu huella de carbono

No es sorprendente que conocer su huella de carbono sea esencial para llegar a cero neto, y la precisión con la que monitoreas y mides de manera exhaustiva y precisa es fundamental. Eso significa ser riguroso en la planificación de tu régimen de medición. Hay tres parámetros básicos o "alcances" que definen qué tan estrecha o ampliamente mides y divulgas tus emisiones de carbono:

Alcance 1 – Emisiones que provienen directamente de las operaciones de una empresa determinada. Por ejemplo, las emisiones del gas utilizado en tus oficinas y de tu flota de vehículos.

Alcance 2 – Emisiones indirectas que provienen del proceso de generación de energía que una organización compra. Pasar a la electricidad renovable es una forma crítica de reducir las emisiones de Alcance 2.

Alcance 3: emisiones generadas por tu cadena de valor en general, incluidas cosas como viajes de negocios, desplazamientos de empleados y bienes y servicios comprados.

Para conocer realmente tu huella de carbono y, por lo tanto, reducir realmente tus emisiones, no puedes simplemente mirar los alcances 1 y 2. Tienes que poner tus miras en medir y reducir los tres.

Medimos la propia huella de carbono de JLL, como parte del establecimiento de nuestros Objetivos Basados en la Ciencia y la firma del compromiso de edificios de carbono neto cero de World GBC, y los resultados fueron instructivos. El proceso nos ayudó a verificar que el 95% de nuestra huella de carbono se deriva de las emisiones de alcance 3 provenientes de los 465 millones de metros cuadrados de espacio del cliente que administramos a nivel mundial, algo que sabíamos intuitivamente, pero ahora tenemos los hechos para probar. Este conocimiento de lo que impulsa nuestra huella de carbono es un insumo crítico para nuestro propio plan de acción de cero emisiones netas.

Lección 2: No escatimes en la planificación estratégica

Uno de los mayores desafíos al comprometerse con cero emisiones netas de carbono es establecer un camino claro desde el compromiso hasta el éxito. Eso comienza con el trabajo de construir un plan de acción completo y sólido, que defina claramente tu camino óptimo hacia el cero neto en términos de las acciones tácticas y concretas que debes tomar para llegar allí.

Dentro de tu plan de acción, es fundamental establecer plazos ambiciosos pero realistas. Por ejemplo, muchas empresas en el Reino Unido han establecido metas de cero neto para 2030. Para otras organizaciones, es posible que los objetivos para 2030 no sean alcanzables. Un plan de acción efectivo puede ayudarte a validar si es factible cumplir sus objetivos en un cronograma propuesto, y te ayuda a identificar dónde necesitas buscar inversiones adicionales o hacer compensaciones estratégicas.

Un plan de acción efectivo también tiene plenamente en cuenta tu modelo de negocio: en el caso de nuestro asesoramiento estratégico de cero emisiones netas de carbono a UK REIT, Great Portland Estates, su planificación estratégica implicó adaptar su hoja de ruta de cero emisiones netas a su actividad de inversión y desarrollo, cubriendo importantes renovaciones, adquisiciones y enajenaciones. Fundamentalmente, ajustar las fechas objetivo y las acciones a su estrategia comercial produjo un camino a medida para adaptarse y respaldar su progreso existente.

Lección 3: Construye tu caso de negocio

Construir el caso de negocio para el cero neto es un ejercicio de equilibrio. Para llegar a cero neto se requiere una combinación de iniciativas fructíferas de bajo costo, que pueden generar ahorros de costos inmediatos, e inversiones que muevan agujas. Las mejores estrategias de cero emisiones netas consideran tanto victorias fáciles y rápidas (como actualizaciones de iluminación LED y otras iniciativas sin / bajo costo) como inversiones a largo plazo (como la instalación de tecnologías de energía renovable en el sitio, como solo un ejemplo) dentro del mismo plan de acción y cronograma. Las organizaciones inteligentes reinvierten los ahorros de costos logrados en las primeras fases del viaje de cero emisiones netas para mitigar el costo de inversiones más grandes y ambiciosas en el futuro. Equilibrar las visiones a corto y largo plazo es crucial.

Vimos esto de primera mano en JLL cuando hicimos el caso de negocio para nuestro objetivo basado en la ciencia a nuestro liderazgo ejecutivo. Nuestro análisis reveló que por cada USD 1 gastado, ganaríamos USD 1,50, con una TIR del 16% y rendimientos positivos dentro de cinco años.

Y no tengaS miedo de buscar formas creativas e innovadoras de financiar tus inversiones en sostenibilidad. Por ejemplo, cuando nuestros clientes en British Land se comprometieron a alcanzar el cero neto para 2030, sabían que un enfoque de status quo para financiar sus esfuerzos de cero neto no iba a ser suficiente. Es por eso que lanzaron un Fondo de Transición a medida, el primero de su tipo, financiado por una tarifa interna de £ 60 por tonelada de carbono, que se aplica a los nuevos desarrollos. Este fondo apoyará los esfuerzos de British Land para modernizar su cartera existente y acelerar su progreso hacia el cero neto.

Lección 4: Traer a todos

Está claro que el éxito de cualquier compromiso corporativo importante de cero emisiones netas se basa en la inclusión, la aceptación y la participación: de arriba hacia abajo, y con todas las partes interesadas dentro y fuera. Eso significa educar a las partes interesadas sobre los desafíos y oportunidades de alto nivel, ofrecer capacitación práctica para aquellos que desempeñarán un papel en la implementación y celebrar los hitos y éxitos clave en el camino. Cuantas más personas en todos los niveles de la organización entiendan y asuman la responsabilidad personal de su parte en la búsqueda del cero neto, mayor será el éxito y más rápido llegará.

Fuera de tu organización, es fundamental involucrar tanto a tu cadena de suministro como a una cadena de valor más amplia, que desempeñan un papel clave en la reducción de sus emisiones de alcance 3. Compartir información e ideas puede ayudarte en tu viaje y ayudarlos en el suyo. Igualmente importante, deseas comunicarte continuamente con tus inversores sobre tus esfuerzos netos cero: a medida que más y más inversores utilizan factores ambientales, sociales y de gobernanza (ESG) para informar sus decisiones de inversión, debes asegurarte de que estén informados tanto de tus objetivos como de los esfuerzos continuos para alcanzarlos.

Lección 5: Sé valiente acerca de tu compromiso. Las medias tintas no lo lograrán

La última, y quizás la más importante lección aprendida, es ser audaz. Para la mayoría de las organizaciones, comprometerse con cero emisiones netas de carbono puede significar un cambio serio en la mentalidad y un reexamen del valor y los valores. Sí, comprometerse con cero emisiones netas de carbono es un objetivo grande y ambicioso. Pero ese compromiso es mucho menos desalentador que la realidad que tu organización, y la sociedad en general, enfrentarán en ausencia de estos compromisos. No se puede volver a poner al genio en la botella.

En última instancia, hazte la pregunta: "¿Qué se necesitaría para que mi empresa sea cero carbono neto para 2030" en lugar de "¿qué se necesitaría para que mi empresa sea cero carbono neto para 2050?" La transformación del mercado de carbono neto cero está en marcha, y la curva de adopción será exponencial a lo largo de la década de 2020.

Actuar antes y ser más audaz, mientras sigues los detalles de las lecciones del uno al cuatro, pagará dividendos a largo plazo para tu negocio y garantizará que tu empresa y tu marca estén en el lado correcto de la ecuación problema / solución.

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